domingo, 29 de noviembre de 2009

La decadencia de la prensa conservadora


De medios de información a medios de persuasión. De medios de persuasión a propaganda. ¿Será el próximo paso de los medios conservadores el amarillismo? La ética parece no tener lugar ya en las páginas de los periódicos cuando lo que cuenta es el beneficio económico y el ansia de poder.

El último caso es la calumniosa portada de ayer del ABC. Una portada que debería colgarse de todas las redacciones como ejemplo de lo que nunca se debe hacer. Señalaron sin pudor a Diego P. V. como autor material de la muerte de Aitana, la niña de tres años fallecida en Tenerife. Se defienden diciendo que fue una filtración de la policía. Pero el trabajo del periodista es contrastar las fuentes. Trabajo que no se hizo y cuyo último responsable es el director del ABC, Ángel Expósito. A modo de escarmio, no estaría de más que el abogado de Diego le denunciara por un delito de calumnias. A continuación podéis ver qué es lo que entiende el Código Penal español por calumnia:

"Artículo 205.

Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.

Artículo 206. (Redacción según LO 15/2003)

Las calumnias serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos años o multa de doce a veinticuatro meses, si se propagaran con publicidad y, en otro caso, con multa de seis a doce meses."

Tras conocerse que el acusado había sido puesto en libertad sin cargos, ya que la autopsia reveló que la muerte de la niña había sido un accidente, ABC aun no ha pedido perdón. Lo único que se han limitado a publicar es una información sobre la decisión judicial.

Aún así, no deja de ser una página más en la crónica de la decadencia que sufren los medios españoles en general y los conservadores en particular. El Mundo, La Razón, ABC, Libertad Digital y Grupo Intereconomía se han convertido en meros altavoces de intereses políticos, religiosos y empresariales.

Pero el resto tampoco se salvan. De las informaciones que podemos encontrar en cualquier periódico, más de dos tercios no es más que publicidad. Los deportes, la cultura y las secciones de ciencia y tecnología se suelen salvar de las injerencias del stablishment. Los intereses económicos y políticos dictaminan la agenda en la que basan los medios su criterio informativo. La denuncia social queda relevada a un segundo término. El periodismo de investigación brilla por su ausencia. Los grandes medios de comunicación o persuasión, por culpa de su deuda económica, pasan a ser dominados por bancos y anunciantes.

Cierro con una reflexión de la periodista Marta Peirano: "La prensa no agoniza como consecuencia de la crisis financiera sino como consecuencia de sus dos pecados capitales: la avaricia y el ansia de poder.”

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